miércoles, 6 de abril de 2011

Juego Patológico (Ludopatía) (II)


Todo el mundo sabe...:

2.- Factores de riesgo

     La existencia de antecedentes de adicción al juego en la familia es un factor importante. Otros factores son el fracaso escolar en la infancia, las personalidades muy competitivas o hiperactivas o con tendencia a las conductas impulsivas y la existencia de sentimientos de soledad y de vacío, así como los antecedentes de actos delictivos previos o de problemas con las drogas. Se ha investigado la posible relación entre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad con la adicción a la cocaína y al juego patológico. Al igual que en la dependencia del alcohol, la disponibilidad es un factor importante.

     La ludopatía es más frecuente en varones, en especial entre los que no tienen pareja. En la mujer, la aparición de la adicción al juego es más tardía que en el varón, aunque la experiencia nos dice que evoluciona de forma más rápida.

     En estos pacientes existe conciencia clara de enfermedad, pero el uso muy frecuente de justificaciones y racionalizaciones ("juego para recuperar lo perdido") hace que el sujeto acuda a tratamiento de forma tardía.

     La forma de juego más adictiva son las máquinas tragaperras, y particularmente en España, por su gran disponibilidad (no hay bar donde no haya una, y bares no faltan en ningún lugar, como es bien sabido de todos).

3.- Alteraciones psicopatológicas

     La ludopatía puede conducir a la depresión, y con mucha frecuencia al suicidio. De hecho es la adicción no farmacológica que tiene las tasas de suicidio más altas.

4.- Comorbilidad

     Este trastorno adictivo se asocia estrechamente a la adicción al alcohol; el ejemplo clásico lo tenemos con las máquinas tragaperras en los bares.

     También se asocia al consumo de otras drogas, en especial los estimulantes, y más en concreto la cocaína. El abuso de estimulantes como el café y el tabaco son muy frecuentes en estos pacientes.

5.- Dependencia, Síndrome de abstinencia y Tolerancia

     Al igual que sucede con otras adicciones no farmacológicas, si el individuo se resiste a jugar o intenta contener el deseo de jugar, se manifiesta el conjunto de síntomas de la abstinencia, como irritabilidad, ansiedad, inquietud y malestar, que cede al iniciar una nueva sesión.
    
     El juego posee una gran capacidad adictiva. El fenómeno de la tolerancia está presente de forma muy clara, ya que el sujeto poco a poco va aumentando la cantidad de tiempo que emplea en el juego y sobre todo aumentan las cantidades de dinero invertido. Este proceso se genera sobre todo por el afán de obtener un mayor grado de activación y por la necesidad de recuperar lo perdido o ganar mayores cantidades de dinero.

domingo, 3 de abril de 2011

Juego Patológico (Ludopatía) (I)


Todo el mundo sabe...:

1.- Concepto

     El juego, de una manera u otra, ha formado parte de la cultura humana desde que el hombre es hombre. Sin embargo, siguiendo a Bombín (1992), debemos distinguir entre varios tipos de juego (el deporte, las cartas, la play, etc) del juego de azar, en el que media una apuesta, habitualmente de dinero. La infinidad de juegos de apuesta que hay en España es de todos conocida; en todos ellos el mecanismo es el mismo: apostar un dinero y ganarlo o perderlo. La mayoría de estos juegos de azar son participados por el Estado, ya sea directa o indirectamente. En España, la gran eclosión se produjo cuando en los años ochenta se permitió el uso de las máquinas tragaperras. Éstas poseen una gran capacidad adictiva, ya que fueron proyectadas para ello, y en su diseño intervienen desde psicólogos hasta publicistas. La cantidad de personas con problemas de ludopatía está relacionada directamente con la disponibilidad de las tragaperras: a más máquinas, más ludópatas.

     En este tipo de jugadores, llega un momento en que el deseo de jugar se convierte en irrefrenable, dura más tiempo del que debiéramos o nos habíamos propuesto, se juega de forma reiterativa y ya se convierte en una adicción comportamental. De esta forma, el sujeto se encuentra ante la pérdida de libertad interna para jugar. Jugar implica ponerse a prueba; el sujeto busca emociones, la excitación del juego, la capacidad de ganar a la máquina o a otra persona, tener la posibilidad de ganar dinero, demostrar que se es superior, o evadirse.

    La adicción al juego presenta una evolución progresiva: se pierde dinero, esto lleva a ocultar la realidad a los demás, se comienza a pedir dinero que no se puede devolver y más tarde comienzan los actos delictivos encaminados a reponer las pérdidas. El hecho de llevar la adicción y sus consecuencias en secreto y que habitualmente se descubre de forma repentina y escandalosa, conduce en algunos casos al suicidio. En estos pacientes son frecuentes también las ideaciones delirantes de tipo paranoide ("no gano a la ruleta porque los crupieres están compinchados contra mí"). Existe también un fuerte sentimiento de culpa, que en las fases finales es proyectado sobre las personas o sobre los objetos (la máquina tragaperras o la ruleta, por ejemplo), a veces en formas muy agresivas. Hemos de hacer una referencia al estado psíquico del jugador, que está claramente relacionado con el estado de euforia y excitación que produce el juego, más que con el aspecto económico. Generalmente, se va necesitando un incremento en la cantidad de tiempo invertido o en la cuantía apostada para obtener el grado de activación deseado.

    De manera parecida a como ocurre con los adictos a la televisión, en el juego hay estrechamiento de la conciencia, de forma que el sujeto se concentra únicamente en esa actividad. 
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