Todo el mundo sabe...
Hoy empezaremos por lo que podríamos llamar la primera lección del colegio. Es muy importante que, desde el principio, conozcamos todos qué es una conducta adictiva, es decir, el concepto de adicción; para que cuando leamos o escribamos este término sepamos exactamente a que nos estamos refiriendo.
Si salimos a la calle y preguntamos a las diez primeras personas que pasen, qué es una adicción, o les pedimos que nos definan, con sus propias palabras, el concepto de adicción, obtendríamos probablemente 6 ó 7 definiciones distintas. Yo lo pregunto a casi todos mis pacientes nuevos y me contestan cosas como: “Adicto es el que no puede pasar sin consumir”, “Está enganchado el que toma todos los días”, “Adicto es el que tiene mono” (o síndrome de abstinencia), “Drogadicto es el que se pasa tomando o consume mucho”, etc.
Parece que todo el mundo sabe lo que es una adicción; hemos visto a muchos adictos en nuestra vida, algunos incluso eran familiares, pero la mayoría de la gente confunde lo que exactamente define la adicción.
Mi definición preferida, la que mejor nos aclara el concepto, es la que nos dice que la adicción es la situación en la que un consumidor ha perdido el control sobre el consumo de una sustancia. Debemos entender muy bien lo que esto significa, y para ello pongamos algunos ejemplos.
Si una persona es capaz de decidir cuándo consume y cuándo no, esto no es controlar el consumo. Es como decir que yo controlo el coche porque cuando quiero conduzco y cuando quiero no lo cojo y voy andando. Para demostrar que controlas el coche debes saber conducir, debes subir al coche, conducir de forma correcta y llevarnos al lugar que nosotros habíamos acordado antes de salir. Para demostrar que controlas el consumo de alcohol debes beber de forma correcta y dejarlo, acabar de beber, en la cantidad que tú habías acordado que ibas a dejarlo.
Decidir si uno va a beber o no, casi todos lo hacemos, hasta la mayoría de los adictos pueden hacerlo si se lo proponen en serio, pero saber parar a tiempo, en mitad de una comida o una fiesta, es mucho más difícil. El adicto, como por definición no puede controlar el consumo, es capaz de decidir si va a beber o no, pero cuando empieza le es prácticamente imposible parar de beber. Controlar el beber significaría que tú decides antes de empezar cuándo y cuánto vas a beber.
Hay que tener cuidado si aplicamos el concepto a fumar tabaco, porque puede llevarnos a error. A veces parece que fumando controlamos lo que fumamos; decimos que vamos a fumar 20 cigarros todos los días y así hacemos. En consecuencia puedo afirmar que yo controlo el consumo de tabaco; pero si aplicamos correctamente el concepto significaría que yo para demostrar que no soy adicto y que controlo, soy capaz de decidir qué días voy a fumar y qué cantidad. Así sería capaz de fumar 10 cigarros un día, otro sólo 3, otro no fumar nada y cualquier otro unos 25 cigarros, variando la dosis diariamente, y esto realmente casi nadie lo hace, pues la gran mayoría de fumadores tienen la necesidad de fumar una cantidad constante de tabaco diariamente para no tener síntomas de abstinencia; necesitan su dosis diaria de nicotina o si no empiezan a ponerse nerviosos. Por cierto la nicotina es la sustancia más adictiva que existe.