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viernes, 5 de noviembre de 2010

Marihuana en la frontera

Ultima edición del telediario...:

¿Qué está pasando en la frontera?


(disculpen el tamaño del vídeo, pero no sé hacerlo más pequeño)

Lean atentamente estas tres noticias que se han producido en tan sólo 5 días:

Golpe contra la marihuana en México


"La hierba que se fume al otro lado estará manchada con sangre mexicana"


13 internos mueren acribillados en un centro de desintoxicación en Tijuana


   No crean ustedes que este es un problema sólo de México; creo que a todos nos alcanza la repercusión, y de alguna manera estamos implicados, a nivel mundial (la aldea global). Aunque hoy las noticias nos llegan desde este gran país y su polémica frontera con los Estados Unidos, no debemos olvidar la droga que entra en España y Europa procedente del norte de África, las extensas plantaciones de cannabis sátiva en el valle del Rif. Y ya conocen ustedes el cultivo y la venta de opio en Afganistán y cómo se subvencionan (además de la venta del gas) los integristas talibanes. Y así muchas otras fronteras y muchos otros grupos armados. Y a menor escala, los pequeños traficantes, los vendedores de papelinas, los adictos que venden para pagarse los consumos, las cárceles llenas de gente con delitos relacionados con la droga.

   Y yo me pregunto:

   ¿Cuántos muertos hacen falta para que finalicen estás masacres?
   ¿Quiénes son las víctimas: los cultivadores, los porteadores, los consumidores, los policías asesinados, los familiares de los drogadictos, los sicarios a sueldo, los que ven las noticias desde su televisor, los gobernantes ignorantes, los funcionarios de aduanas que miran a otro lado, los policías corruptos, los jueces, los legisladores, el ciudadano que le roban el coche? ¿Y quiénes son los verdugos?.
   ¿Por qué existe este negocio sangriento que produce tanto dolor a tanta gente?
   ¿De verdad no hay forma de parar esta guerra tan inútil?

Sólo sé que el conocimiento y la educación nos hará más libres, más inteligentes y, quizás, un poco más felices.

Tal vez la respuesta siga soplando en el viento...


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