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domingo, 3 de abril de 2011

Juego Patológico (Ludopatía) (I)


Todo el mundo sabe...:

1.- Concepto

     El juego, de una manera u otra, ha formado parte de la cultura humana desde que el hombre es hombre. Sin embargo, siguiendo a Bombín (1992), debemos distinguir entre varios tipos de juego (el deporte, las cartas, la play, etc) del juego de azar, en el que media una apuesta, habitualmente de dinero. La infinidad de juegos de apuesta que hay en España es de todos conocida; en todos ellos el mecanismo es el mismo: apostar un dinero y ganarlo o perderlo. La mayoría de estos juegos de azar son participados por el Estado, ya sea directa o indirectamente. En España, la gran eclosión se produjo cuando en los años ochenta se permitió el uso de las máquinas tragaperras. Éstas poseen una gran capacidad adictiva, ya que fueron proyectadas para ello, y en su diseño intervienen desde psicólogos hasta publicistas. La cantidad de personas con problemas de ludopatía está relacionada directamente con la disponibilidad de las tragaperras: a más máquinas, más ludópatas.

     En este tipo de jugadores, llega un momento en que el deseo de jugar se convierte en irrefrenable, dura más tiempo del que debiéramos o nos habíamos propuesto, se juega de forma reiterativa y ya se convierte en una adicción comportamental. De esta forma, el sujeto se encuentra ante la pérdida de libertad interna para jugar. Jugar implica ponerse a prueba; el sujeto busca emociones, la excitación del juego, la capacidad de ganar a la máquina o a otra persona, tener la posibilidad de ganar dinero, demostrar que se es superior, o evadirse.

    La adicción al juego presenta una evolución progresiva: se pierde dinero, esto lleva a ocultar la realidad a los demás, se comienza a pedir dinero que no se puede devolver y más tarde comienzan los actos delictivos encaminados a reponer las pérdidas. El hecho de llevar la adicción y sus consecuencias en secreto y que habitualmente se descubre de forma repentina y escandalosa, conduce en algunos casos al suicidio. En estos pacientes son frecuentes también las ideaciones delirantes de tipo paranoide ("no gano a la ruleta porque los crupieres están compinchados contra mí"). Existe también un fuerte sentimiento de culpa, que en las fases finales es proyectado sobre las personas o sobre los objetos (la máquina tragaperras o la ruleta, por ejemplo), a veces en formas muy agresivas. Hemos de hacer una referencia al estado psíquico del jugador, que está claramente relacionado con el estado de euforia y excitación que produce el juego, más que con el aspecto económico. Generalmente, se va necesitando un incremento en la cantidad de tiempo invertido o en la cuantía apostada para obtener el grado de activación deseado.

    De manera parecida a como ocurre con los adictos a la televisión, en el juego hay estrechamiento de la conciencia, de forma que el sujeto se concentra únicamente en esa actividad. 

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